flashmob
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En la actualidad, el fenómeno del flashmob se ha popularizado enormemente, utilizado para distintos propósitos como celebrar, rendir homenaje, mostrar apoyo o hasta para protestar. Este formato se ha convertido en una forma efectiva de llevar a cabo acciones colectivas con un objetivo común.

Tal como su nombre lo sugiere, un flashmob es una acción organizada y colectiva que ocurre en un lugar público y se lleva a cabo en un corto período de tiempo. Es una manifestación efímera que sorprende y capta la atención de quienes están presentes.

La convocatoria para un flashmob suele realizarse a través de las redes sociales o medios telemáticos. Generalmente, el proceso comienza con un mensaje en el que se informa a los participantes sobre el día y la hora de la acción. Los detalles específicos pueden comunicarse en el mismo lugar seleccionado, justo antes del inicio, o en un punto cercano si es necesario reunirse en grupo. En algunos casos, los participantes ya conocen el contenido de la acción con antelación, permitiéndoles prepararse adecuadamente.

  • Brevedad: La acción se lleva a cabo en un corto período de tiempo.
  • Espontaneidad: Aunque está organizada, busca sorprender a los espectadores.
  • Colectividad: Participan varias personas unidas por un mismo objetivo.
  • Uso de tecnología: Las redes sociales juegan un papel fundamental en su organización.

El flashmob es una herramienta poderosa para crear impacto inmediato y transmitir mensajes de manera creativa y dinámica. Su capacidad para reunir a personas en torno a una causa o celebración lo convierte en un fenómeno fascinante de la cultura popular actual.

El origen del flashmob se remonta a un fenómeno social intrigante que comenzó a tomar forma a principios del siglo XXI. Según los investigadores, todo inició con la publicación del libro “The Next Social Revolution” de Howard Rheingold en 2002. En esta obra, el autor anticipaba que las personas utilizarían las tecnologías de comunicación para autoorganizarse. Inspirado por esta visión, Rob Zazueta en San Francisco creó el sitio web Flocksmart.com, diseñado para planificar reuniones de quienes se conocerían como “mobbers”. Aunque los primeros intentos no tuvieron mucho éxito, este fue el germen del primer flashmob.

El primer intento de flashmob

El 3 de junio de 2003, en Manhattan, Bill Wasik, editor de la revista Harper’s Magazine, organizó el que sería el primer flashmob. Sin embargo, debido a que se filtró información sobre el evento antes de que ocurriera, resultó ser un fracaso.

El primer flashmob exitoso

El 17 de junio de 2003, Nueva York fue testigo del primer flashmob exitoso. Wasik volvió a convocar a los participantes, pero esta vez tomó precauciones para evitar los problemas del intento anterior. Minutos antes de comenzar, se reunió con los participantes en cuatro ubicaciones cercanas y les explicó lo que harían. Un grupo de cien personas se reunió en la novena planta de unos grandes almacenes, donde se sentaron alrededor de lo que denominaron “La Alfombra de Amor”.

La tipología de flashmob es diversa y fascinante, adaptándose a diferentes contextos y objetivos. Hoy en día, gracias a su popularidad, encontramos una variedad de términos que describen estas acciones colectivas. Entre las más comunes se destacan: smartmobs, absurdmobs, freezemobs, kissmobs, dance flashmobs y los falsos flashmobs.

Smartmobs: Objetivos Sociales y Políticos

Los smartmobs son aquellas movilizaciones que se organizan con un propósito social o político. Ejemplos emblemáticos de esta categoría fueron los movimientos de la Primavera Árabe y el Movimiento 15-M.

Absurdmobs: Desafío al Orden Social

Los absurdmobs buscan desafiar el orden social mediante gestos absurdos realizados de manera colectiva. El primero de estos eventos tuvo lugar en Barcelona en 2006, donde un grupo de 25 personas se reunió en la Plaza del Borne para chutar latas de un conocido refresco.

Freezemobs: Momento Congelado

En los freezemobs, los participantes se quedan inmovilizados durante unos segundos, como si fueran estatuas vivientes, creando un efecto visual impactante.

Kissmobs: Besos Espontáneos

Como su nombre indica, los kissmobs consisten en actividades donde las personas se besan de manera espontánea e instantánea, sorprendiendo a los espectadores.

El flashmob de baile se ha convertido en una de las intervenciones más populares y emocionantes de la actualidad. En estos eventos, al sonar la música, todos los participantes se unen para ejecutar una coreografía previamente acordada. Uno de los flashmobs más memorables tuvo lugar en abril de 2010 como un sentido homenaje a Michael Jackson. Sin embargo, no fue el primero, ya que un año antes se llevó a cabo un evento similar en Filipinas.

Flashmobs falsos en campañas promocionales

Por otro lado, los falsos flashmobs han ganado popularidad en el ámbito de las acciones promocionales. En este caso, bailarines y artistas realizan una simulación de un flashmob tradicional, pero incorporan productos de la marca que organiza el evento. Ejemplos de este tipo de campañas publicitarias incluyen las de Ikea en Madrid, donde se anunció el nuevo catálogo, y la de la compañía KLM en el aeropuerto de Málaga, que contó con la participación de la Compañía de danza Paco Rabanne.

Flashmobs para recaudar fondos

Además de su uso en el entretenimiento y la publicidad, el flashmob ha sido una herramienta poderosa para recaudar fondos. Un ejemplo reciente ocurrió en España, donde el Hospital de la Paz de Madrid ganó el concurso Pink Glove Dance 2013. Para lograrlo, los organizadores reunieron a trabajadores, amigos y simpatizantes que interpretaron una canción empleando globos y guantes rosas, con el objetivo de concienciar sobre el cáncer de mama. Con más de trece millones de vistas, se llevaron el primer premio de la versión europea del evento, originalmente impulsado por el Hospital Medline de Estados Unidos. Los fondos obtenidos financiarán investigaciones sobre este tipo de cáncer.

Flashmob contra las agresiones sexistas en Bilbao: ¡Un éxito rotundo!

El pasado 5 de julio, DENA BILBAO organizó un flashmob frente al Museo Guggenheim para lanzar una campaña contra las agresiones sexistas en entornos festivos. Decenas de bailarines sorprendieron a los turistas con una coreografía al ritmo de “Respect” de Aretha Franklin, logrando un gran impacto y concienciando sobre la importancia del respeto y la igualdad durante las fiestas.

¡Un ejemplo de cómo el baile puede ser una herramienta poderosa para el cambio social!

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